COVID-19: Proteger la salud en las aulas. Principios básicos para asegurar el derecho a la salud al reabrir los centros educativos y para poder garantizar su funcionamiento seguro.

La educación no puede parar durante una emergencia, ya que es una parte esencial de la recuperación en una crisis: aporta normalidad, un sentido de la rutina, conocimientos y habilidades necesarias para el desarrollo, protección en casos de especial vulnerabilidad social y económica y sirve de puente para salvar las distintas brechas sociales, económicas y educativas a las que se enfrenta parte de la población. Cuanto antes se reestablezca la actividad cotidiana de escuelas y centros de enseñanza, antes se podrán curar las heridas dejadas por esta crisis.

Sin embargo, cuando hablamos de una pandemia, nos referimos a un tipo de crisis muy especial en la que el problema puede agravarse, hacerse cíclico o volver a golpear con más fuerza si, desde todos los sectores, no se hace un esfuerzo extraordinario por garantizar un funcionamiento seguro una vez se produzca la reapertura de servicios. En este sentido, el sector educativo es clave y podemos afirmar que para garantizar el derecho a la educación debemos der capaces de proteger el derecho a la salud.

Este documento da respuesta al reto que enfrenta el sistema educativo ante la posibilidad de reanudar su actividad: proteger el derecho a la salud para garantizar el derecho a la educación. Es una adaptación al contexto español basada en las directrices internacionales elaboradas conjuntamente por UNICEF, OMS y la Federación Internacional de la Cruz Roja para el funcionamiento seguro de los centros escolares y en el marco de trabajo de la Coalición Global por la Educación (UNICEF, UNESCO, PMA y Banco Mundial).

El cumplimiento de estas recomendaciones contribuirá a que estudiantes, familias y docentes estén más seguros en los centros educativos cuando vuelvan a abrir y a que el aprendizaje no se detenga.

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Fuente: www.unicef.es